jueves, 31 de mayo de 2012

De las palabras a los hechos: la Seguridad Ciudadana en Costa Rica”

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  • El Ministerio de Seguridad Pública ha desplegado acciones tanto preventivas como represivas encauzadas principalmente a repeler delitos contra la propiedad y a brindar un acercamiento a las comunidades en general.

San José, 2 de mayo del 2012. La inseguridad se ha convertido en una preocupación global que trasciende países, culturas y fronteras; Centroamérica no escapa a esta realidad y Costa Rica no es la excepción.
Podemos decir, que los niveles de criminalidad que predominan en nuestro entorno mediato e inmediato, hacen que muchos consideren que hoy por hoy somos los vecinos del barrio más peligroso y violento del mundo. Basta con observar el surgimiento de las pandillas en El Salvador y Honduras, o la sanguinaria guerra que libran los cárteles de la droga en México para darnos una idea lo que significa este peligro latente.
A pesar de no ser un tema novedoso, la inseguridad sigue siendo compleja y delicada. No se trata tan solo de narcotráfico, criminalidad organizada u homicidios, comprende también todo un entramado de hechos que van desde la corrupción hasta las más diversas formas de violencia contra las mujeres y personas en condición vulnerable (menores de edad y adultos mayores).
Los datos y estadísticas nos muestran que este problema social tiende a agravarse con el transcurso del tiempo, ocupando, cada vez más, un lugar de primerísima importancia en la agenda política de los Estados y sus gobiernos, toda vez que representa un serio obstáculo para el desarrollo humano sostenible y el disfrute de derechos fundamentales como la vida, la dignidad y la libertad individual.
Bajo ese marco de referencia, el Partido Liberación Nacional (PLN) encabezado por la entonces candidata y hoy Presidenta de la República, señora Laura Chinchilla Miranda, presentó al pueblo de Costa Rica un plan de gobierno centralizado en varios ejes de acción, siendo uno de ellos (y quizás el principal y más sustancioso) la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado, como forma de cumplir con el mandato constitucional de brindar seguridad y bienestar a todas las personas que habitan el país.
El abordaje de este problema ha requerido el esfuerzo conjunto y la respuesta efectiva de las instituciones responsables de velar por el orden y la paz social. En definitiva, no podemos olvidar que lo que está en juego es la estabilidad de nuestro sistema democrático y la seguridad de su principal elemento constitutivo: su población. Para tales efectos, esta administración ha destinado y sigue destinando todos los recursos disponibles en aras no solo de fortalecer la institucionalidad del Ministerio de Seguridad Pública (MSP), sino que también para capacitar adecuadamente a sus cuerpos policiales sin perjuicio de las herramientas necesarias para un mejor despliegue de sus labores cotidianas.
Por ejemplo, para el año 2012 son ¢175.221 millones el presupuesto asignado al MSP, lo que representa un aumento del 11% en relación con el presupuesto aprobado para el 2011, siendo éste uno de los porcentajes de crecimiento más elevados dentro del presupuesto de la República (que por cierto algunos diputados de la Alianza quisieron manosear y recortar). Es necesario enfatizar que tales recursos se han traducido en una efectiva operatividad de nuestra Fuerza Pública, en otras palabras, realmente ha existido una gestión eficaz a favor de la seguridad pública.
En cuanto al recurso vehicular, se han comprado 100 motocicletas, 171 vehículos policiales, 6 microbuses y 123 bicicletas. En materia de infraestructura, se han realizado 79 mejoras, 52 remodelaciones y 8 construcciones, para un total de 139 obras edificadas, viéndose beneficiadas directamente comunidades como Cieneguita, Limón centro y Cartago. Por su parte, en equipo de protección policial se realizó la compra de 8.708 chalecos antibalas, 393 armaduras antimotines, 1.200 pistolas automáticas, 700 proyectiles y granadas de gas lacrimógeno y 459 carabinas para Policía de Fronteras.  
También, durante el último año, se han realizado 93.151 aprehensiones, de las cuales 53.068 están relacionadas con infracciones a la Ley de Psicotrópicos, 10.946 por temas de violencia domestica y 6.843 por delitos contra la propiedad.
En cuanto a la incautación de droga, se han logrado sacar de las calles un total de: 749 kilos de cocaína, 88.190 piedras de crack, 145 kilos de marihuana, 11.951 plantas de marihuana, 142 pastillas de éxtasis. Además se han realizado 1.649 decomisos de armas de fuego y 1.681 vehículos decomisados.
Aunado a esto, se contabilizan 15.442 controles de carretera respaldados por la noticia criminis que acontece en el momento, dando como resultado 621.380 personas investigadas, 1.427 armas de fuego investigadas, 196.264 vehículos consultados y un total de 88.814 barrios visitados. Y a través de dichas acciones se han realizado 1.509 órdenes de captura, principalmente relacionados con delitos contra la propiedad. En cuanto los incidentes reportados por el Sistema de Emergencias 9-1-1, la Fuerza Pública atendió 491.846 llamadas, lo que representa un total diario de 1.398 incidentes, cubriendo por hora un aproximado de 58 incidencias.
Lo anterior, nos permite afirmar que el Ministerio de Seguridad Pública ha desplegado acciones tanto preventivas como represivas encauzadas principalmente a repeler delitos contra la propiedad y a brindar un acercamiento a las comunidades en general, lo que provoca un impacto directo en la seguridad de la población costarricense.
Según cifras de la Fuerza Pública elaboradas con información del OIJ, durante el primer bimestre de este año 2012 se presentó una disminución del 9% respecto al 2011, de los casos de denuncias por delitos contra la propiedad, que incluyen asaltos, robos a viviendas y tachas de vehículos. Y si los datos de Enero y Febrero fueron favorables, en Marzo se registro un 18.3% menos de hechos delictivos en comparación con febrero.
Pero, ¿realmente ha mejorado la seguridad ciudadana? ¿Es una situación real o una mera percepción? ¿Qué pensamos nosotros como ciudadanos y ciudadanas, como personas afectadas directamente por este asunto?
Según las recientes encuestas de opinión, en junio de 2011 el 48.6% de las personas mencionaban este problema como el principal. Hoy día, ese porcentaje llega al 30%, siendo, incluso, que una tercera parte de los costarricenses considera que en su barrio aumentó la presencia policial. Esto significa, ni más ni menos, que las y los ciudadanos reconocen la efectiva labor desplegada por las autoridades en su lucha contra el delito y el crimen organizado.
A pesar de tales resultados, debemos seguir adelante. Siendo éste un tema que nos interesa a todas y todos, pero principalmente a cada uno de los señores diputados y señoras diputadas, esta Asamblea Legislativa debe asumir con responsabilidad su roll como Primer Poder de la República, apoyando con prontitud toda aquella iniciativa que facilite y fortalezca la labor policial en su lucha contra la delincuencia y el crimen organizado, como por ejemplo la reforma constitucional que pretende garantizar un 2% del PIB para vigilancia y conservación del orden público, expediente 17.357. 
Al cumplirse la mitad de este periodo presidencial, no queda duda que el trabajo realizado por los casi 14.000 hombres y mujeres que conforman nuestra Fuerza Pública ha sido satisfactorio. No obstante, no debemos caer en el conformismo y la mediocridad. Quedan aún muchos aspectos por mejorar.
La capacitación del recurso humano, el mejoramiento de la infraestructura, la modernización de la flota vehicular y las remuneraciones son temas que deben someterse a constante revisión. Recordemos que la seguridad ciudadana es cosa de todos los días y que, tratándose de esta materia, siempre tendremos la obligación, como lo ha hecho la señora Presidenta de la República, de pasar de las palabras a los hechos.



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